Cuando hablas... sólo las palabras que se dicen con verdadera intención se quedan grabadas en tu mente o corazón, no ocurre lo mismo con aquellas que has tenido ocasión de leer y/o escribir.
A estas últimas, un ancla las une a tus recuerdos, las lleva a lo más profundo y entonces te acompañan. Porque es difícil olvidar algo que te emocionó y que tienes ocasión de volver a ver cada vez que deseas.
Escribir es un descanso, es mostrar a otros lo que amamos hacer y sobre todo, es compartir nuestras experiencias y deseos.